sábado, 7 de noviembre de 2015

Liderazgo, carisma y empatía, las claves para ser un buen jefe

Un ambiente adecuado es importante para el desarrollo de una empresa y sus empleados, y la persona que debe conseguir ese buen clima y dirigir a su equipo hacia el éxito no es otro que el jefe.

Los expertos dan algunas pautas de los requisitos que debe cumplir un buen jefe: ser líder, carismático y empático.

En los organigramas de las empresas, los altos cargos cobran relevancia fundamental porque tienen una mayor responsabilidad. Deben lograr una compañía en la que el personal tenga ganas de trabajar, sea creativo y que tenga su propia autonomía.

"Un buen jefe tiene que ser al mismo tiempo un buen líder y lo que hace un buen líder es formar a personas que le puedan seguir, apoyarse en el conocimiento de otra gente", explica Marco Delgadillo, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica Boliviana y experto en capacitación de liderazgo.

Delgadillo, además, menciona que una de las bases de un buen líder es tener una mirada visionaria de largo plazo respecto a los objetivos de su empresa y que tenga en claro las necesidades actuales y futuras de la compañía.

Por su parte, Gustavo Villarroel, director de la revista Libre Empresa y experto en periodismo empresarial, señala que la base de todo buen jefe es el optimismo. "Con optimismo, disciplina, mucho esfuerzo y organización dentro de una empresa, el jefe puede tener una visión clara de lo que se quiere hacer", agregó.

El grupo de trabajo

La mayoría de los expertos internacionales concuerdan en que para que un jefe tenga éxito tiene que ser comprensivo y tener la capacidad de hacer que los empleados se sientan valorados.

"No solamente tiene que saber motivar a su gente, sino que también tiene que saber delegar funciones según sus capacidades y obligaciones", opinó Villarroel respecto a este tema.

Los criterios de liderazgo empresarial han cambiado, pasando de un modelo autoritario a uno carismático.

"Ya no está de moda el líder autoritario, tampoco el líder democrático. Ahora estamos ante un modelo de líder carísmatico que en esta época tiene que resaltar dentro de las empresas. El líder carismático hace de su persona alguien que irradie energía para que sus empleados tengan las ganas de desempeñar sus funciones laborales", explicó Nilse Vargas, psicóloga organizacional.

La experta agregó que los jefes de ahora tienen que ser humildes, no en el sentido de humillarse ante sus empleados sino de conocerlos y apreciarlos individualmente.

Asimismo, se valora mucho la empatía y asertividad del jefe con sus empleados.

Si los líderes de las empresas ponen en práctica estas cualidades lograrán buenos ambientes laborales que a su vez generarán mayor productividad y beneficio para la compañía.

OCHO CLAVES

1. Habilidades para la comunicación y para escuchar. El buen jefe recibe las propuestas de su equipo de trabajo y pone en consideración las decisiones importantes de la empresa.

2. Habilidades efectivas de liderazgo. Los problemas son comunes en todo cargo de dirección, pero el líder es el que los identifica, les hace frente y los soluciona. Son sus conocimientos "que finalmente le llevaron a ese puesto".

3. Confianza en que los empleados pueden asumir desafíos. Un buen jefe debe poder crear pequeños líderes al interior de la organización, capacitando y dando confianza al personal que tiene a su cargo para que sea capaz de desempeñarlo.

4. Motiva a sus empleados. Un buen jefe inspira con su trabajo y actitudes a que el trabajo se haga con responsabilidad, compromiso y confianza.

5. Predica con el ejemplo. El líder debe ser el ejemplo de lo que espera de sus empleados. Si un líder no cree en su negocio, difícilmente creerán los trabajadores.

6. Ser optimista. La actitud del líder se proyecta en el resto del equipo, por lo que debe evitar contagiar con desánimo y preocupaciones a los demás.

7. Empatía con sus empleados. El líder no debe olvidarse de ponerse, como se dice popularmente, “en los zapatos” de los demás.

8. Da y pide ayuda cuando sea necesario. Tiene que ver a los trabajadores como ayuda y no como adversarios. Son ellos quienes mantienen el negocio, así que tiene que tratar de ayudarlos en lo que necesiten.

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