domingo, 14 de octubre de 2012

Economía creativa: hacia la sociedad de la imaginación y productividad

Existen numerosas acepciones sobre el concepto de economía creativa, pero se la puede definir a partir de la creatividad como aspecto económico que favorece la innovación, aumenta la productividad y promueve el crecimiento económico.

Este concepto combina economía, cultura y tecnología, centrado en la predominancia de los productos y servicios con contenido creativo, valor cultural y objetivos de mercado.

La primera economía creativa en el mundo, al menos por el valor de sus productos exportados, es China, seguida de Estados Unidos, Alemania y Hong Kong. Según el Informe sobre Economía Creativa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (Unctad por sus siglas en inglés) 2010, las exportaciones mundiales de bienes y servicios creativos (productos como piezas artísticas y artesanales, el material audiovisual, los libros, las obras de diseñadores, las películas, los nuevos medios de comunicación, la prensa escrita, las artes visuales e interpretativas y los servicios creativos) se duplicaron con creces entre 2002 y 2008. El valor total de estas exportaciones alcanzó los 592.000 millones de dólares en 2008 y, en promedio, la tasa de crecimiento de la industria durante esos seis años se cifró en un 14 por ciento.

Sin embargo, tal vez la gran novedad sea que el sector cultural está proponiendo modelos alternativos que han demostrado ya ser efectivos, generando más del 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

La economía creativa del Reino Unido es responsable de uno entre cinco empleos en Londres. En Dinamarca, la economía creativa representa alrededor del 6 por ciento del PIB, provee el 12 por ciento de los empleos y representa el 16 por ciento de las exportaciones. En Holanda es el 5 por ciento del PIB. La industria cultural generó el 5por ciento del PIB español y 800.000 empleos en 2010.

La estructura de exportación de las industrias creativas por grupos, al año 2005, tenía a las economías desarrolladas con 58 por ciento, a las economías en desarrollo con 41 por ciento y a las economías en transición con el 1por ciento.

Los países desarrollados exportan música y audiovisuales equivalentes al 90 por ciento del mercado mundial y en los países en desarrollo, la artesanía corresponde al 60 por ciento del total de exportaciones de las industrias creativas, seguida del diseño con 47 por ciento.



Opción de crecimiento

En el caso de la economía creativa, los países en desarrollo realizaron exportaciones de bienes y servicios por un monto de alrededor de 176 mil millones de dólares, lo que equivale al 43 por ciento del comercio total de las industrias creativas en el mundo en 2008. Esto contrasta con la severa contracción que experimentó el comercio mundial que fue de un 12 por ciento en el mismo año. De ahí que se considere que la economía creativa puede ser una opción de crecimiento e inclusive, de reducción de la pobreza para los países en desarrollo en medio de la crisis económica internacional imperante

En este contexto, México es la primera economía creativa de América Latina, la número 18 en el mundo y tiene una participación de 1,3 por ciento en este mercado mundial. El año 2011 exportó productos creativos por un valor de alrededor de seis mil millones de dólares, que representa una tasa de crecimiento anual de 9,1 por ciento a partir de 2003. Sin embargo otros países de América Latina también están desarrollando interesantes modelos de economía creativa, así por ejemplo la industria de la moda en Argentina, el diseño medioambiental en Brasil, la hotelería y gastronomía en Perú, el desarrollo de software en Panamá y Costa Rica, entre muchas otras.

Economía creativa en Bolivia

La amalgama histórica y cultural que existe en Bolivia, representa un valor intangible muy importante para muchas industrias creativas.

Como antecedente, Bolivia registra un 29,8 por ciento de personas entre 18 y 64 años involucradas en actividades emprendedoras en etapas iniciales, siendo el más alto entre los 43 países participantes del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2008.

De acuerdo a la encuesta nacional sobre Movilidad y Estratificación Social, que realizó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia (PNUD), se estima que en Bolivia los “trabajos creativos” conforman el 6,1 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).

En el departamento de La Paz se encuentra el 33,46 por ciento de los trabajadores creativos, en Cochabamba el 16,45 por ciento; en Santa Cruz el 16,04 por ciento; en Oruro el 9,06 por ciento; en Potosí el 8,19 por ciento; en el Beni 6,97 por ciento; en Tarija 5,16 por ciento; en Chuquisaca 3,85 por ciento y en Pando 0,81 por ciento.

Según la Fundación Milenio, la PEA que trabaja en el rubro de la vestimenta (textiles), ocupa el primer lugar en la economía creativa y está conformada por confeccionistas de ropa de todo tipo, desde chamarras, hasta ropa deportiva. El segundo lugar de importancia está conformado por el rubro de la carpintería, que se precia por la mano de obra y fino acabado en muebles, puertas, ventanas, además del uso de maderas como el cedro, ceibo, roble u otras que remplazaron la riqueza de la mara. El tercer lugar lo ocupan los artesanos, cuyo rubro en el contexto boliviano va desde los tejedores de edredones y manteles hasta los talabarteros. Pese a esta enorme potencialidad, el país no cuenta con incubadoras trabajando con enfoque de industrias creativas.

En Cochabamba, el vivero de emprendimientos artístico creativos del proyecto mARTadero, se ha ido desarrollando de manera empírica. El vivero de emprendimientos es un sistema de acogida temporal de micro y pequeñas empresas, con el fin de apoyarlas en su arranque y consolidación de actividades. Esta incubadora acoge a emprendedores del ámbito artístico cultural, donde se les brinda la posibilidad de utilizar su creatividad para genera una estrategia integral de desarrollo económico y social.

Se subraya la gran necesidad de impulsar las industrias creativas como una alternativa viable para el crecimiento económico sostenible del país, a través de políticas que se enfoquen en el fortalecimiento de capacidades de los trabajadores productivos, considerando que los mayores obstáculos para este tipo de emprendimientos es la informalidad, la falta de garantías y los derechos de propiedad intelectual.



* El autor es Doctor en Ciencias Económicas. Docente de pregrado y posgrado Universidad Católica Boliviana y Universidad Mayor de San Simón.


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