lunes, 2 de abril de 2012

Celos laborales, cómo combatirlos y mejorar el ambiente de trabajo

Es un problema al que está expuesta toda empresa u organización y sus efectos son negativos. ABORDAR ESTA TEMÁTICA A TIEMPO ES IMPORTANTE PARA LA BUENA SALUD DE LOS GRUPOS DE TRABAJO Y PARA LOGRAR MEJORES RESULTADOS. Los rumores y la desinformación contribuyen a que se dispersen y crezcan



Texto: Ricardo herrera F. / Ilustración :will Quisbert/ foto Archivo

M aría no duda en decir que vivió los peores momentos de su vida cuando la pusieron a cargo de una de las unidades de su empresa. “Me hicieron la guerra desde el primer día que asumí el cargo. Era un grupo en el que estaban las empleadas más antiguas. Al principio me escondían información y después empezaron a inventarse chismes de que yo salía con el jefe. Todos los días llegaba a mi casa llorando, tuve discusiones con mi marido por esos rumores y terminé con gastritis. Al final pedí mi cambio de área ¿Por qué me hicieron la guerra?, porque estaban celosas de que no haya sido una de ellas la que designaran en ese cargo. Eran muy envidiosas”, insiste esta admistradora de 34 años.

Lo que le sucedió a María puede ocurrir, con diferentes matices, en cualquier tipo de organización donde se ha dejado avanzar los celos laborales, los que pueden crecer como una hierba mala que terminarán por estrangular el buen funcionamiento de una institución.

SEÑALES
Las personas que están a cargo de un grupo o que son jefes deben estar siempre atentas a este tipo de situaciones, advierte Juan José Jáuregui, director de Gestión Humana de Human Value. “Los problemas que en un principio se presentan solo como laborales pueden tener un trasfondo personal de celos. Por ejemplo, acusaciones o quejas de que un compañero hace mal su trabajo, o no pasa informes, etc. Es importante entoces poner esos problemas en evidencia y discutirlos. Si bien no hay que esperar que las partes se hagan amigas, se puede lograr que trabajen de manera productiva”, explica Jáuregui.

Establecer normas es también importante, indica el especialista, como por ejemplo si alguien hará un comentario negativo de un compañero de trabajo es mejor decírselo primero a él y no estarcomentándoselo a otros. También aconseja aplicar lo que en el fútbol se llama código de camerino, donde los jugadores discuten y saldan sus diferencias antes de entrar a la cancha. De igual modo en las reuniones de equipo podemos decirnos cualquier cosa, pero no hacerlo fuera, cuando se está trabajando.

Para el sicólogo organizacional Juan Domingo Fabbri, de Etika, lo contrario a los celos laborales es el trabajo en equipo y desde hace más de 30 años las empresas hacen esfuerzos para sensibilizar a sus empleados para que haya una concienciación de que todos son valiosos y que el bien de uno es el bien de todos y viceversa. Algo que no es simple y que cuesta asimilar tanto para los empleados como para los jefes, pero que se debe priorizar.

Un caldo de cultivo de celos y envidias son los chismes y rumores. Pedro (28) se enteró en una cena que en su empresa circulaba el rumor de que lo iban a destinar a otra ciudad con un cargo mayor, pero con el mismo sueldo. Durante un par de meses vivió en esa incertidumbre hasta que decidió consultar directamente a sus jefes, los que negaron el rumor, aunque efectivamente habrían cambios. Luego se enteró de que fue una colega que estaba tras de su puesto la que sembró el rumor y se encargó de difundirlo.

La mejor manera de combatir los chismes y especulaciones es con información clara y suficiente, dicen los expertos. Es decir, la empresa debe dar toda la información y lo más completa posible, si va a realizar cambios o si un área va a sufrir algún impacto. Mientras más pronto y amplia sea esa información, reducirá los rumores.

“El problema es que cuando la empresa no brinda la suficiente información, los empleados se la inventan. Es natural del ser humano hacer especulaciones. Cualquier detalle ya lo toman como confirmación de una idea que tenían. Por ejemplo, el jefe sale de una larga reunión de la oficina del gerente. A partir de esa situación especulan de que salió enojado, que discutió con el gerente, etc. Entonces para evitar esas situaciones lo mejor es informar bien, aunque a veces resulte reiterativo”, afirma el consultor de Human Value.

“Los chismes pueden destruir un equipo de trabajo, por eso la comunicación debe ser clara y abierta a todos, pero algo que es muy importante es que los jefes no deben hacer casos a ellos ni darles rienda suelta”, señala Fabbri.

En Bolivia es frecuente que cuando una persona asume un cargo superior surjan los celos, ya sea porque la persona viene de otro grupo, otra u otros consideran que no merecía el cargo y otras innumerables excusas.

“En esos casos el nuevo jefe debe ser muy receptivo y no confrontarse con los demás ni asumir actitudes autoritarias. Pero además la persona debe tener buenas habilidades sociales o lo que también se llama inteligencia emocional. Es decir, darse un tiempo para entender lo que sucede dentro de la organización y luego tomar medidas correctivas y además establecer contactos más humanos o de compañerismo con su equipo”, afirma el sicólogo organizacional de Etika.

En caso de que los intentos no hayan resultado y los celos sean de gran parte o de todos los demás integrantes de un grupo, lo mejor es reubicar a esa persona en otra área, lo que contribuiría a que pueda seguir desarrollando su potencial.
Son innumerables las situaciones por las cuales la envidia y los celos afloran en un grupo de trabajo. Algunas veces puede ser por la diferencia salarial entre compañeros en empresas que no tienen una política equitativa de sueldos, cuando hay áreas que se convierten en ‘feudos’ de algunos trabajadores y que consideran que nadie se debe meter en ellas.

Pero una situación que es muy frecuente en Bolivia y que genera recelos es cuando una mujer asume la jefatura de un grupo de hombres. Los expertos coinciden en que les resulta más empinada su labor y constantemente tienen que sufrir cuestionamientos y envidias de los hombres. ¿Qué deben hacer? “Lo importante es que ya sea hombre o mujer, la persona se dé cuenta de la diferencia que hay entre ser jefe y ser líder. Esto último es lo importante y eso se logra con habilidades en las relaciones humanas y en las decisiones que tomen”, concluye Fabbri. Cabe indicar que en todos los casos la disuasión y ganarse el respeto son las mejores armas contra la envidia.

TOME EN CUENTA

- Los talleres de integración ayudan a mejorar el ambiente laboral y consisten en realizar actividades fuera del ambiente laboral. Esto ayuda a conocer a las personas en otras facetas. Dinámicas de juegos, festejar los cumpleaños, churrascos y actividades deportivas pueden ser algunas de las actividades a realizar.

- No se puede decir que los celos y envidias entre mujeres es mayor o menor que entre hombres, pero en lo que los expertos coinciden es que asumen actitudes diferentes. Mientras los hombres son más frontales, las mujeres son más sútiles y expresan lo que sienten a través de comentarios y pequeños detalles.

- Es importante también asumir una actitud autocrítica y preguntarnos si nuestra conducta en el trabajo activó sentimientos de envidia, si nos hemos comportado de una mala manera, hemos despreciado a los demás o hemos minimizado su trabajo o sus éxitos. Si logramos reconocer y se confirma que nos hemos comportado de manera negativa es necesario que cambiemos de actitud y que no volvamos a repetir esa conducta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario