lunes, 8 de octubre de 2007

Hugo Celso Felipe Mansilla apuntes extracto de La Prensa

Bueno sigo copiando y pegando del periodico, estos dias ando sin tiempo, sin ideas, a ratos sin ganas pero.......pero articulos como estos prefiero tenerlos siempre a un clik de mi mano para poder hecharle una mirada a cada rato, esa es otra utilidad que le halle a mi blog, en el de tener en un sitio cosas que siempre quiero tener cerca, sin tener que perderme en la hemeroteca del Periodico.


Si hay un columnista que extraño en LA Prensa desde hace un año y algunos meses es precisamente H.C.F. Mansilla, aunque siempre leia sus articulos con un diccionario en la mano y me tenia que concentrar lo maximo sus palabras sinceras y casi mandamientos, siempre hacen revolver mi mente, es uno de los pocos pérsonajes que puede hacer ver como un ignorante a cualquier intelectual boliviano del medio, la entrevista que dio hace unos meses, en el programa "ENEMIGOS INTIMOS" de la RAdio Fides (sabados de 11:00 a 13:00) fue toda una revolucion, la descripcion que hace del boliviano, es tan real que se podria decir que el ha visto el futuro, de lo que pasara aca, y sumandole a que es uno de los pocos (sino el unico) que logro hacer callar al Padre Perez, pues...........

El 1ro. de Enero de 2006 postee una de sus columnas Las areas donde se origina el sentimiento de Crisis, en mi anterior Blog, al parecer nadie lo tomo en serio, por que ese articulo sigue mas vigente que nunca............

Estos Apuntes salieron publicados en La Prensa en Fondo Negro este Domingo 7 de Octubre de 2007. Invito a quien no lo leyo a enterarse de la vida de uno de los pensadores mas importantes de Bolivia


Hugo Celso Felipe Mansilla es uno de las más destacados pensadores bolivianos. En el prólogo de su reciente libro, Luis Zavala, su amigo y colega, esboza un amplio perfil del filósofo, del cual ofrecemos un fragmento.

Presentar la compleja, extensa y variopinta obra de Hugo Celso Felipe (H.C.F.) Mansilla no resulta ser una tarea fácil, pero sí grata. Veinte años de amistad que me unen con el Dr. Mansilla, el respeto que me inspira el conjunto de sus ideas en el campo político, filosófico y literario más las innumerables tertulias compartidas, creo que son motivos para dar un pincelazo al conjunto de su obra.

Mansilla nació en Buenos Aires el 17 de noviembre de 1942. Asistió a la escuela primaria y secundaria en La Paz (colegio Alemán). A comienzos de 1962 partió a Alemania donde realizó sus estudios de ciencias políticas y obtuvo en 1973 su doctorado en filosofía (magna cum laude) en la Universidad Libre de Berlín, que también le concedió la venia legendi en 1976. Su amplia y sólida formación académica ha confluido para formar un intelectual de primer orden con reconocido prestigio en el ámbito académico internacional. Lo primero que llama la atención de H.C.F. es la enorme cantidad de libros, artículos y ensayos que ha publicado; en la mayoría de ellos se percibe su permanente preocupación por los problemas y contrariedades que conlleva la modernidad.

Publicó su primer libro a los 28 años, Introducción a la teoría crítica de la sociedad (1970), por la famosa editorial española Seix Barral, e inició una labor prolífica que se extiende hasta el día de hoy. Son más de 40 libros y 370 artículos que, con variadas reimpresiones, suman más de 1.200 publicaciones.

Toda esta impresionante producción, lamentablemente de escaso éxito literario y de pésimo rendimiento económico, está escrita principalmente en las dos lenguas que el autor admira con inusual entusiasmo: el castellano y el alemán. Es más, son los propios académicos alemanes quienes reconocen que H.C.F. es uno de los pocos intelectuales latinoamericanos que domina y maneja el idioma alemán con la excelencia de un nativo. Ha sido invitado en infinidad de oportunidades a dictar cátedra y seminarios en universidades de Alemania, Australia, España y Suiza. Una buena parte de sus textos publicados están esparcidos en Europa, sobre todo en Alemania y España, y en América Latina, principalmente en México y Venezuela. Curiosamente son muy escasos sus textos propagados en los Estados Unidos; esto quizás se deba al poco aprecio e interés que siente H.C.F. por la cultura y la tradición norteamericanas.

Yo diría que él es por antonomasia un sólido y ferviente admirador primordialmente de la cultura europea. También sus escritos han sido difundidos en países tan heterogéneos como Corea, India, Israel, Grecia y Polonia. Lo que demuestra la amplia difusión y respeto que se tiene en el exterior por nuestro intelectual boliviano.

H.C.F. confiesa tener una relación lúdico-erótica con la escritura y la lectura: el hecho de escribir y leer le brindan una satisfacción muy sui géneris, intensa, placentera y duradera. Tampoco le preocupan los modestos y hasta inexistentes frutos materiales que él dice le rinden estas sus dos grandes pasiones. Es prácticamente un adicto a la lectura porque literalmente devora todo lo que pasa por sus manos. Pero además profesa una extraña obsesión por alcanzar la perfección a la hora de corregir cualquier tipo de textos. Desde su primera juventud él siempre soñó con ser escritor y más particularmente ensayista. Quizás a esto se deba su pasión por los moralistas franceses y los ensayistas de la talla de Michel de Montaigne, Voltaire, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Hans Magnus Enzensberger y Mario Vargas Llosa. Julio Verne fue un autor que marcó su infancia precisamente a causa de su impronta ética.

La lectura de innumerables autores de la más diversa procedencia sin duda generó en Mansilla un talante cosmopolita, una desconfianza de los nacionalismos de todo tipo y una distancia frente a las apologías del terruño, la sangre, las costumbres y la raza. Aborrece todo tipo de provincianismo y le son indiferentes las pasiones populares como el folklore, el fútbol y la música tradicional. Sin embargo, del arte boliviano admira fundamentalmente la arquitectura colonial de Sucre y de las misiones jesuíticas de Chiquitos.

Se podría decir que H.C.F. es un filósofo a la antigua, es decir, un hombre ilustrado, un auténtico enciclopedista que tiene un cúmulo de acontecimientos en el cerebro y dispone de una cultura general francamente sorprendente. Tras un apretado análisis de su obra filosófica, ahora muy bien condensada y abundantemente explicada especialmente en sus últimas publicaciones: El desencanto con el desarrollo actual (2006), La crisis de la identidad nacional y la cultura política (2006) y Aspectos rescatables del mundo premoderno (2007), puede decirse que el razonamiento de Mansilla está influido por la filosofía clásica y por la persistente presencia en su pensamiento de la ética y la estética. En esto es evidente el peso de corrientes y autores alemanes sobre el núcleo de su teoría. Los filósofos clásicos, Max Weber y la denominada Escuela de Frankfurt han ejercido sobre él una gran influencia (...).

A pesar de estar acusado por sus detractores de ser un escéptico consuetudinario y un pesimista por excelencia, Mansilla se ha situado, siempre precariamente y con muchas reservas, en la tradición liberal y, en abierta contraposición a los socialdemócratas, ha intentado rescatar (teóricamente) lo valioso del orden premoderno, como la religión (en cuanto fuente de sentido) y la importancia de la estética y las normativas aristocráticas en variados campos. A diferencia de lo que muchos juzgan, H.C.F. siente un genuino desprecio por aquellas plutocracias incultas que gobiernan a países pobres y los saquean hasta el hartazgo (...).

Sería imperdonable dejar en el tintero otras obras escritas por Mansilla poco destacadas en nuestro medio, pero importantes a la hora de conocer otros aspectos del escritor. Uno de sus libros de ficción que me parece muy divertido e interesante es Consejeros de reyes (1993). Una amena novela, un revoltijo de textos dispares, que cubren una enorme dimensión del tiempo y cuyas historias entrecortadas discurren a través de varios espacios y culturas. El libro trata de la vida y los afanes de personajes que estuvieron a la sombra del poder político, inmediatamente detrás del trono, aconsejando a los gobernantes. Y se nota claramente que el rol de consejero de reyes le hubiera fascinado ejercer profesionalmente a H.C.F. en la vida real.

De hecho, es un excelente consejero porque dice lo que piensa con mucha franqueza, sin ambages y de manera muy inteligente. Sin temor a equivocarme, creo que H.C.F. vive en su propia piel los personajes de su novela porque ambos, el ser real y el ser de ficción, pretenden moldear los asuntos estatales guiados por dos principios básicos: una estética pública de excelente gusto y políticas estatales dictadas por la razón y la justicia. Aquellas personas que lo conocen de cerca saben que para Mansilla conservar la moral, ser leal y consecuente, hacer honor a la palabra empeñada, preservar la decencia y la honestidad serán siempre sus mayores preocupaciones y normas de vida que guían inquebrantablemente su cotidianidad.

Estoy convencido de que Mansilla, a pesar de haber escrito algunos de sus libros en coautoría, no tiene en Bolivia amistades que compartan su ideología y estén de acuerdo con su pensamiento. Es el prototipo del lobo estepario, un solitario cuyas ideas han sido ampliamente irradiadas, pero no arraigadas. Estamos ante un filósofo que tiene una gran producción escrita, pero que para bien o para mal no ha logrado fundar una propia tradición intelectual en el país. Estoy seguro de que en más de una ocasión él ha soñado con dejar su herencia filosófica y política en una escuela de seguidores, pero entiende que en Bolivia esto es realmente una fantasía (...).

* Sociólogo y analista de la corrupción. Éste es un fragmento de la introducción del libro “Aspectos rescatables del mundo premoderno”.




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